
Corren malos tiempos en Gran Vía 32, sede del grupo Prisa. Cuando su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, decidió aumentar la participación de Prisa en Sogecable al 51% (algo que, por ley, obligaba a la compañía a presentar una OPA sobre el 100%, una oportunidad de vender a buen precio que aprovecharon casi todos los accionistas), echó sobre la empresa una pesada losa. La deuda se disparó hasta límites estratosféricos y, en estos momentos de contracción del crédito, está ahogando a la compañía.
Así las cosas, no queda más remedio que soltar lastre... Y, como suele ocurrir en estos casos, la cadena se rompe por los eslabones más débiles. Léase Localia. La cadena de televisiones locales propiedad de Prisa, en la que trabajan entre 250 y 300 profesionales, desaparece de un plumazo.
Lo cuenta con más datos el diario Público: "El cierre se aplicará el 31 de diciembre en las emisoras de las que Prisa sea propietaria en su totalidad. Aquellas que estén asociadas mantendrán la programación durante un año más".
Sic transit gloria mundi.
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